Cien años de soledad. El maestro Gabriel García Márquez es la lectura de la Semana.

Cuando una obra es tan aplaudida y respetada sientes la distancia con lo magnífico y el pudor por mi torpeza, limita mi lenguaje. 

Me resulta difícil decir algo más de lo que se ha dicho, sobre “Cien años de soledad”. Aunque sí me gustaría comentar algunas sensaciones que ha despertado en mí. 

En la familia Buendía he saboreado el retrato de una estirpe. Estirpe fuertemente representada por la influencia que los hombres de la casa ejercían en la sociedad del momento. Aunque con un claro matriarcado, que sustentó y condujo la familia, manteniendo el origen inalterable.

Como en una Torre de Babel, sexualidad, odio, pasión, celos, poder, justicia, superstición, luchas políticas, belleza, incesto, soledad… Sobre todo soledad. Impuesta o elegida. Disfrutada, soñada, penada. 

Personajes primarios que comparten escena con otros avanzados a su época. Estos, marcaron el progreso y desarrollo en Macondo. Un Macondo imaginario y a la vez tan real y presente en tantos rincones del mundo. 

Una novela redonda, como comentó una amiga mía. Un retrato del género humano en un tono personal e inconfundible. Una obra tan rica, que al leerla sientes que no puedes atrapar toda la información contenida en sus páginas. 

Sencillamente magistral, querido Gabo (permítame el atrevimiento).

No falta en la Biblioteca, esta obra magistral.

Mª Carmen Díaz Pérez. Biblioteca de Industriales y Politécnica

Comentarios

Entradas populares