Mr. Gwyn. Alessandro Baricco vuelve a nuestro blog.


Reconozco que ésta no quería leerla. No se por qué. Pasaba por su lado, en las librerías y no me llamaba. Raro, porque soy fan de Baricco y devoro todo lo que publica. Pero este libro me esquivaba y se me hacía poco apetecible. Quizá jugaba conmigo a hacerse el interesante, a hacerse querer poco a poco. Se ha permitido esconderse, sabedor de que una vez que lo abriera no iba a poder cerrarlo hasta el último punto final.

El libro tenía razón. Mr. Gwyn ha sabido atraparme en su crisis existencial. El talentoso escritor que ya no quiere publicar nada más y que busca una actividad diferente a la que dedicarse, que le llene por completo y que implique además lo único que sabe hacer bien: escribir. Mr. Gwyn decide no volver a A) publicar y B) escribir y se encuentra en la tesitura de que algo debe hacer para ganarse la vida. Se debate entre diversos oficios hasta que decide ser copista. ¿Copista? ¿Qué va a copiar? Una visita accidental a una galería de arte le da la pista: va a copiar personas y hacerles retratos. Retratos escritos. No retratos al uso, nada de describir bocas besadoras, cabellos de oro o narices respingonas. La forma de la cabeza no es relevante, porque el propósito de nuestro ex-escritor es diferente pero desvelarlo aquí le quita toda la poesía al relato.

Y retratando se desarrolla esta bella historia entre personajes extremos y extraños pero extremadamente tiernos. Seguimos los avatares del protagonista, un tanto asocial, adicto a las lavanderías y preciso en sus convicciones y acciones, que no vuelve atrás una vez que toma una decisión pero que en el fondo carece de algo. Es inevitable sentir ternura por el artesano de Camden Town que fabrica bombillas, el último en su oficio; sentir simpatía por la auxiliar del editor, un punto enamorada de Mr Gwyn; comprender el ansia del editor por convencerlo de que vuelva al redil literario; admirarnos ante las composiciones del extraño músico y detestar a la insensata que desencadena su última crisis. Está también la anciana del pañuelo impermeable: alma gemela y guía de Mr. Gwyn en su nuevo oficio y mi corazoncito romántico se pregunta si se habrían enamorado de haber tenido una edad más similar... y si ella no hubiera muerto, claro. Y cómo para todos esos personajes la extraña idea del retrato escrito no resulta del todo rara. Al final de todo, las cosas son como deben ser las bombillas se apagan una a una, los sonidos cesan y el escritor ya no escribe... Sólo quedan retratos, retratos escritos que nos intrigan porque no hemos leído y no se parecen a nada que podamos imaginar. ¡O sí!

Este libro tiene segunda parte. Un spin-off que no tiene nada que ver con la historia original, o quizá si. Tres veces al alba es un librito precioso que no te debes perder porque es él precisamente, en el que se desvelan cómo son esos particulares relatos que Mr Gwyn escribe. Dos historias que, como todas las que cuenta Baricco, son redonditas y tiernas. De gran sencillez estilística, los textos ágiles del italiano consiguen que al lector le quede la sensación de haber leído un cuento intimista y armónico, y que nos la están contando al oído en vez de entrar por los ojos. El final de la novela nos hace ver con una nueva luz una historia que hemos seguido con sumo placer y nos deja con la idea de que todo está en su sitio y que es hermoso. 

Tan hermoso que no lo queremos guardar. Queremos compartirlo contigo. Y por eso lo puedes encontrar en nuestra Biblioteca.

Remedios Herrera Gutiérrez. Sección de Adquisiciones, Préstamo Interbibliotecario e Información y Referencia.

Comentarios

Entradas populares