Novelas que duelen: Para acabar con Eddy Bellegueule, de Édouard Louis

Hay novelas que te entretienen, o te hacen reír, o reflexionar…; otras, además, duelen. Y esta es una de ellas. Parece mentira que, con poco más de 20 años, su autor, (Louis Édouard, antes Eddy Belleuguele) haya sido capaz de cogernos del cuello y obligarnos a contemplar aquello que no queremos ver: los sucios recovecos que esconden algunas de las sociedades que se tienen por más cultas y civilizadas, como la Francia de finales del siglo XX y principios del XXI. El argumento es simple (y autobiográfico), un niño homosexual tiene que aprender a serlo y aceptarse antes de emprender la huida de una familia y un pueblo que lo ignoran o lo humillan. Escrito con un lenguaje cruel y descarnado (a veces recuerda al Cela de La familia de Pascual Duarte, antes que al Dickens o Zola de que habla la crítica francesa), el autor juega con dos registros muy distintos: el francés culto, no exento de recursos literarios, utilizado por el narrador-protagonista; y otro registro, muy local, de la lengua francesa (el lugar donde transcurre la acción es Hallencourt, en el norte del país), trufado además de vulgarismos y frases hechas, que usan el resto de personajes del pueblo (en el texto se opta por escribirlos en cursiva). Lástima que en la traducción española, por su enorme dificultad, se pierdan estas diferencias. El valor literario del texto y su riqueza expresiva se resienten.

La que sí queda intacta es la fuerza de la denuncia. Sin victimismos, sin estridencias, casi sin levantar la voz, el narrador-protagonista, Eddy Bellegueule, va desgranando recuerdos, anécdotas, sueños y temores (muy bien elegidos y excelentemente dosificados) con la intención de que el lector asista, casi como convidado de piedra, a la lucha que tiene que sostener contra los demás (pero también contra sí mismo) hasta llegar a un estado en que la única salida posible es la huida. Ello le permitirá reconciliarse consigo y con los demás.

La recepción de esta durísima novela autobiográfica en su lugar de nacimiento ha sido dispar, mientras el padre empapeló el salón de su casa con las entrevistas hechas al hijo tras la enorme repercusión mediática que tuvo en el mundillo literario francés, la madre negó toda la historia (el propio autor contaba en una entrevista que ni uno ni otro habían leído el libro por la simple razón de que no saben leer).

En otra entrevista, el nuevo Louis Édouard, afirmaba que si él hubiera podido ser “normal” (y lo intentó con todas sus fuerzas) jamás habría intentado salir de su entorno. Ello nos da idea no solo de todo lo sufrido, sino también de lo lejos que estamos todavía de aceptar sin más las diferencias (no puede olvidarse que todo ocurre entre los años 1990 y 2000 en un país como Francia, cuna, paradójicamente, de la libertad, la igualdad y la fraternidad). Pero también podemos hacer una lectura más positiva: la homosexualidad fue la condición necesaria para conseguir una vida mejor.

Esta novela, tan actual como dura, la puedes encontrar, como siempre en nuestra Biblioteca.

Antonio Aguilar. catedrático de Lengua Castellana y Literatura, Doctor en Filología Hispánica y Profesor Colaborador Honorario de la Universidad de Málaga. Dramaturgo y poeta, puedes leer además, las demás reseñas que nos ha hecho.

Comentarios

  1. Parece interesatísima. Me animo a leerla en estos días festivos.

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    1. En el equipo del blog hemos echado un ojo a las primeras páginas y promete.

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