Turismo de interior, de Cristian Alcaraz: adonde viajan los poetas

Turismo de interior, primer libro de poemas de Cristian Alcaraz (Málaga, 1990), que recibió el III Premio de Poesía Joven “Pablo García Baena” que convoca La Bella Varsovia (con la colaboración de la Oficina Municipal para la Capitalidad Cultural Córdoba 2016 y Cosmopoética) es, ante todo, un libro generacional, pero también un libro singular.

El poemario se abre con una cita (¿Un mal viaje? Todo este país, todo este mundo está en un mal viaje, amigo) que puede resultar engañosa, no tanto por su contenido, los poemas sí que relatan la experiencia de un viaje interior, sino por el nombre del poeta elegido como pórtico: Bukowski. El poeta Bukowski se ha convertido en símbolo (junto a Raymond Carver) del “realismo sucio” americano, un tipo de escritura irreverente y provocativa que tuvo su momento culminante en la segunda mitad del siglo pasado, y que (parece) vuelve a ser reivindicado por algunos poetas jóvenes y no tan jóvenes (como heredero directo de esta corriente puede leerse El dardo en la llaga (2010), penúltimo, y demoledor, libro del veterano José Infante; y la antología, Feroces, radicales, marginales y heterodoxos en la última poesía española (1998), coordinada por Isla Correyero, apuntaba ya esta dirección como una de las más transitadas por los nuevos poetas).

Pero que nadie espere encontrar en este libro palabras malsonantes o imágenes provocativas. El viaje interior que propone Cristian Alcaraz, poeta que apenas tenía veinte años cuando escribió estos poemas, es mucho más sutil, el del difícil paso a la edad adulta. Un trayecto jalonado de miedos y dudas (esos monstruos que permanecen agazapados bajo la cama o la certeza de que la emancipación es siempre anticipada), pero también de momentos en que el adolescente quiere mostrar su capacidad de decisión y su valentía ante un mundo que se le antoja ajeno e incomprensible (así, el viajero decide que “yo también quiero estar enamorado” o  confiesa “tengo un secreto”). Aunque en realidad esos momentos de afirmación sean tan breves que finalmente se prefiera la vuelta a la casa paterna, representada por la figura de la madre. Quizás ningún otro poema del libro refleje mejor esa dicotomía adolescente que “he salido de mamá / y ahora me vuelvo hacia ella / porque fuera hace frío / hay palabras / me cortan los dedos en el parque / me quitan los ojos los hijos del mar / y escuece”. Porque esa perplejidad, en la que queda perfectamente dibujada la difícil entrada al mundo de los adultos, es la que hace de este libro un libro generacional: la de los adolescentes de esta primera década del siglo, perfectamente retratados, y por tanto reconocibles, a lo largo de los casi treinta poemas que componen el texto. Y aunque pueda parecer inevitable que un libro aparezca como hijo de su tiempo, esa inevitabilidad es solo aparente. Son muchas las ocasiones en que se cae en la impostura por ese afán de hacer de un libro, y de un lenguaje, que sea absolutamente contemporáneo. No es este el caso. El poeta, por edad, habla, vive y siente en la contemporaneidad y, por tanto, no tiene la necesidad de subrayarla. Y ello puede verse claramente en un poema como “iniciando sesión”. El lenguaje propio de los distintos chat de internet (nueva plaza pública) aparece incorporado al texto del poema con la más sencilla naturalidad. Los sugerentes nicks, los programas, las conexiones o los sistemas operativos se convierten, por obra y gracia del poeta, en vocabulario no solo generacional, sino también decididamente poético. Y esa eficacia es lo que hace que este libro sea también un libro singular.

Porque para que un libro de poemas sea de verdad un buen libro de poemas no basta con que haya una intención, es necesario además que el lenguaje utilizado huya de clichés, estereotipos o modas más o menos pasajeras, y que ese mismo lenguaje sea manipulado de forma consciente para extraerle todas sus posibilidades expresivas. 

Es cierto que este poemario resulta deudor de Las afueras, de Pablo García Casado, y así lo reconoce el propio Cristian Alcaraz en los agradecimientos que cierran el texto: “A Las afueras, y a Pablo García Casado (irremediablemente)”; pero en realidad esta deuda resulta más epidérmica que medular: el uso heterodoxo de minúsculas y puntuación, o cierto aire generacional (algo inevitable por otro lado en dos poetas que huyen de la impostura). Porque fondo e intención son absolutamente distintos. Y esta singularidad puede verse en uno de los poemas más conseguidos de este Turismo de interior: “Cruising”; un poema, que como toda buena poesía, contiene muchas otras lecturas. Alcaraz utiliza el cruising, (anglicismo que ha sustituido en el argot homosexual al castizo, y pasado de moda, cancaneo, con el significado de “actividad de buscar sexo en lugares públicos”) como metáfora de la vida adulta: el placer que supone ser libre y dueño de tu destino tiene como contrapartida la obligación de tomar decisiones, equivocarte y exponerte a la censura de los demás. Por eso es preferible volver a la infancia y regresar al regazo materno. Resulta ejemplar en el poema el uso de la anáfora (espero… / espero… / espero…) que  a lo largo de toda la primera parte del texto va retardando el momento del encuentro, hasta que, ya en la segunda parte, se convierte en una catarata incontenible que, arrastrando al viajero, lo salva de la intemperie (espero que no me guiñe nadie en este cuarto de baño público / que mamá no compre nada / que me coja del brazo y me lleve a casa / que me dé seguridad / y una manta y un castillo sin cuartos de baño públicos). Ha bastado al poeta un par de recursos bien utilizados para que el poema se convierta en un metafórico y veraz retrato del mundo adolescente: la atracción/repulsión ante la libertad de vivir /degustar los placeres prohibidos. Y no es casual este recuerdo cernudiano. Porque como una manera de cruising (o cancaneo) puede leerse un sugestivo poema de Los placeres prohibídos, el titulado “No decía palabras”: Un roce al paso, / una mirada fugaz entre las sombras, / bastan para que el cuerpo se abra en dos, / ávido de recibir en sí mismo / otro cuerpo que sueñe; / mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne, / iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo. Un poema que, por cierto, está fechado la tarde del 13 de abril de 1931, un día antes de que la República, y su ideal de libertad, fuera proclamada. 

En fin, un poemario en el que el mundo adolescente queda reflejado en el lenguaje (rápido, sincopado, coloquial), las preocupaciones (la familia, el amor, el sexo), y la dificultad para asumir las responsabilidades propias de la edad adulta. Un viaje al interior que tiene como destino irremediable la asunción del vértigo y la perplejidad a que está abocado el hombre contemporáneo.

[Cristian Alcaraz recibiría en 2012 el Premio de Poesía Andalucía Joven por su segundo poemario, La orientación de las hormigas (Renacimiento, 2013)]

Antonio Aguilar. catedrático de Lengua Castellana y Literatura, Doctor en Filología Hispánica y Profesor Colaborador Honorario de la Universidad de Málaga. Dramaturgo y poeta, es quien nos presenta a los mejores poetas.

Cristian Alcaraz está en la Biblioteca: no te pierdas su poesía.

Comentarios

  1. En un escenario tan atractivo como la Galería de Alfredo Viñas, se presentó el Jueves día 5 el libro de poemas de Cristian Alcaraz "Turismo de interior" premiado en marzo del año pasado con el III Premio de poesía joven "Pablo García Baena" y editado por la Editorial Bella Varsovia, la presentación corrió a cargo de la poeta cordobesa Elena Medel.

    Es agradable y esperanzador encontrar nuevos talentos en la poesía malagueña y andaluza, los aires frescos, llenos de atrevimiento y de naturalidad. Leí hace ya meses ésta obra poética gracias a Emilia García, coordinadora de las Bibliotecas de Unicaja de Málaga y sentí en las palabras de Cristian Alcaraz una inmediata seducción. La juventud y su descaro producen una conmoción inicial, una sorpresa en cada palabra, encontrar palabras como follar, nicks o tupperware en un poema es toda una revolución, pero lo clásico se renueva, se mejora, se adapta con las nuevas palabras, las nuevas formas, lo que se utiliza en los argots callejeros hoy, en gran número de ocasiones forma parte de la estructura lingüistica de un futuro cercano.

    Baste éste poema para explicarme:

    INICIANDO SESION

    a veces internet me quiere
    y confío en esos nicks
    que esperan conocerme y desnudarme
    que buscan un píxel dramático
    emocional seualmente activo 18 años
    y yo me dejo querer tras la pantalla
    nombres como_
    _caliente
    _rojo
    _gato
    _medesplazo
    de todas las edades
    dentro de la órbita eléctrica de todas
    las habitaciones programadas
    un día me dijo
    y yo busco en la conexión
    lo que me falta en la cocina:
    promesas
    expectación
    aplausos

    a todos los amantes
    bienvenidos a mi sistema operativo.


    Adelante Cristian, seguiremos tus pasos.

    (Publicado en mi blog el 7 de mayo de 2011, lástima que con la crisis provocada y después de decenas de años haya cerrado Alfredo Viñas su excepcional galería)

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  2. Gracias por completar, Víctor. Es precioso ese poema. Falta apuntar a tu estupendo blog: http://siroco-encuentrosyamistad.blogspot.com.es/

    Un saludo

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  3. Dos comentarios estupendos. Quedo a la espera de que publiquéis también el del segundo libro de Alcaraz.

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    1. Eso estamos esperando, Carmen. Que nos llegue también la reseña del segundo. Nos ha gustado mucho el trabajo de este joven poeta.

      Un saludo y feliz verano

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