Navidad, ¡oh, blanca Navidad! (también en libros)

Se acerca la Navidad a pasos agigantados. En realidad está ya aquí, a la vuelta de la esquina. Y andamos ocupados, de un sitio a otro, preparando cenas y encuentros con amigos y buscando los regalos perfectos. Una época del año frenética, plena de actividad, que viene definida por un puñado de mensajes sobre generosidad, fraternidad, amor al prójimo, felicidad y buenos deseos que más nos parecen fruto del buen hacer de publicistas que deseos sinceros de una mejor vida.

Apenas queda tiempo para la lectura pese a que es una época del año que despierta la inspiración de artistas y escritores y que pocas historias invernales escapan de los tópicos navideños. Aun así, repasar los libros que en nuestra infancia y en la primera juventud poblaron nuestra imaginación es un buen ejercicio. El tiempo cambia los puntos de vista y a la luz de los años se descubren aspectos que la inocencia no nos dejó ver en su momento. Y se disfrutan otra vez esos viejos cuentos con la historia renovada.

Volvemos a leer Canción de Navidad y la transparencia de los espíritus navideños no esconde más la crítica feroz a la sociedad victoriana y a su brutal diferencia entre ricos y pobres, una crítica social que podemos encontrar también bajo la ternura de los Cuentos de Andersen (imprescindibles releerlos de adulto: ¡cómo cambian esos cuentos!), en su pequeña vendedora de cerillas o en la gélida Reina de las Nieves. ¿Y qué decir de Mujercitas? La romántica historia que tanto y a tantas ha gustado resulta ser una historia más seria que la que hemos conocido gracias a tantas adaptaciones edulcoradas... a pesar de su tono didáctico.

Pero la Navidad es también la época idónea para despertar lo peor de las personas. ¿Iban a pasar por alto fechas tan destacadas las reinas del crimen? Navidades trágicas, de Agatha Christie es el ejemplo clásico, pero sus herederas no le han ido a la zaga. Mary Higgins Clark, Ruth Rendell, P.D. James... todas han asesinado bajo el abeto decorado. Como no, si hasta el mismo Sherlock Holmes tuvo que trabajar por Navidad ¡Cuánto nos gustan esos misterios!

El cine no se queda atrás. Adaptando títulos clásicos o aportando nuevos relatos, el espíritu navideño llena la pantalla de sonrisas, lágrimas y gritos. Quién no ha llorado con ¡Qué bello es vivir! o con Johnny Depp en Eduardo Manostijeras, o se ha enamorado con The Holiday (Vacaciones), Mientras dormías o Love Actually. Y para los más pequeños, imposible pasar por alto la diversión con Toy story (la revisión que Pixar hizo a El juguete de la Navidad, de Jim Henson) o con Solo en casa. Los Gremlins o Pesadilla antes de Navidad son más ejemplos títulos a tener en cuenta: las primeras subidas de adrenalina por el terror, viene en Navidad.

Pero en el fondo, cuando meditamos en todas estas historias leídas y vistas, nos damos cuenta de que tienen una mensaje común: la ilusión de la Navidad y la importancia de no perder aquello que, cuando niños, nos hacía esperar con impaciencia la noche más mágica del año: la de Reyes.

Feliz Navidad

Comentarios

  1. Es un placer seguir con vosotros, 2016 lo espero lleno de ilusión, habrá buenos frutos.

    Un abrazo

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  2. Es un placer seguir con vosotros, 2016 lo espero lleno de ilusión, habrá buenos frutos.

    Un abrazo

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