El daño está hecho. Crímenes para el verano de la mano de Ruth Rendell

Se acerca el verano, y en las horas de calor lo que se me apetece es volver a los libros de siempre. A libros de muerte y misterio, esos en los que no importa que sepamos de hace mucho que el asesino es el mayordomo, porque los disfrutamos igual que la primera vez. Un crimen clásico es el complemento ideal para las tardes de estío, para esas horas que van desde la vuelta de la playa, tras la duchita hasta el momento de la cervecita.

Es notorio que las mujeres son las firmas dominantes del género: ellas matan mejor. Desde Agatha Christie hasta Alicia Giménez Bartlett, las mujeres han encontrado en el veneno y la pistola una forma de expresión propia y la han llevado a los puestos más altos de las listas de ventas. Una de las reinas del crimen más respetadas y leídas es Ruth Rendell. Sus novelas siguen la línea establecida como clásica por la maestra de maestras, Agatha Christie, y son un reflejo de la sociedad en la que vive, mostrando que los armarios de la tranquila campiña británica esconden esqueletos. 

Cualquiera de sus obras es entretenida, pero esta vez te presentamos una historia que cuenta uno de los crímenes más temidos de nuestra sociedad: el abuso de niñas. El inspector Wexford se enfrenta a la desaparición de adolescentes y niñas que, unido a la vuelta a Kingsmarkham de un pedófilo recién liberado de la carcel crea un problema que termina en asesinato y en una revuelta en el barrio humilde en el que viven las víctimas. Varios frentes con los que lidiar y una investigación complicada que puede cambiar la tranquilidad del lugar, si es que el campo inglés es en realidad tan tranquilo. 

Tras más de treinta títulos de la serie (y la bibliografía casi completa de la señora Christie), no puedo menos que pensar que no, que de tranquilo no tiene nada. Kingsmarkham (o Saint Mary Mead) son lugares más peligrosos que los barrios dominados por la mafia, y que una tierna ancianita es es más cruel que un capo de la Camorra. Pero Wexford es un investigador hábil, tenaz y paciente y, sin duda, resolverá la complicada situación, como debe ser. El daño está hecho es una novela interesante y entretenida, una historia de las habituales en el género, ideal para una tarde de verano. Pero no es un libro que profundice en uno de los delitos más atroces. No se puede buscar en estas novelas nada más allá del entretenimiento, pero tampoco pretenden hacernos pensar ¿no?, solo que pasemos un buen rato leyendo.

Genial para una tarde de playa.

Remedios Herrera. Servicios al Usuario

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