Rincones lectores: Leer en el retrete, de Henry Miller

Lo sé. Últimamente estamos demasiado relajadas en el blog de la Biblio. La verdad es que estamos tan arriba de trabajo que apenas queda tiempo para leer. Menos mal que los adictos a la letra impresa y a las historias que cuentan nos apropiamos cualquier segundo libre para avanzar en nuestros libros. En la cola de la carnicería, mientras esperamos que nos sirvan el desayuno en el bar, en el brevísimo trayecto del ascensor... Con un ojo vigilamos que no se pase nuestro turno, y con el otro avanzamos por las líneas del relato que nos tiene enganchados. Por suerte también, los móviles de hoy nos permiten que nunca nos falte el alimento cotidiano de nuestro espíritu: olvidar el libro en casa ya no es un drama.

Lugares inesperados de lectura hay muchos. Y rincones lectores que no se confiesan, también. Como el de la lectura de esta semana, precisamente. Que levante la mano quien no lea en el retrete. Muchos estáis pensando: "yo lo hago, es algo de lo más común". Pero cuando se pregunta a la gente dónde leen, muy pocos recuerdan ese lugar.

¿Qué nos lleva a entrar en el lugar más privado de la casa armados de, al menos, una revista? Es difícil saber, pero el tema ha servido de inspiración y aquí está el resultado: la filosofía de la lectura en el excusado de Henry Miller. El autor americano ha aprovechado los momentos en el trono para... meditar sobre la lectura y nos ofrece una reflexión sobre el hecho de leer del mismo modo que en otras de sus obras reflexiona sobre el oficio de escribir. ¿qué se lee en el váter? ¿es adecuado leer a Dante allí? ¿qué lecturas son las idóneas? Es interesante la conclusión a la que llega: el rincón de lectura más común, el santuario de paz en el que sumergirse en un buen libro (a salvo de niños, gritos, perros o tareas domésticas) no es el más adecuado para leer. O quizá sea la tarea de vaciar los intestinos la que no se adapte bien al vicio más sano: la lectura. Es lo que tienen las ideas cuando las pensamos, que una lleva a otra y al final no sabemos bien qué carta quedarnos

Entre colas y comidas en la cafetería, distrayendo esperas, me he leído Leer en el retrete y me he encontrado con uno de esos libros que no terminan en punto final. Cuando acaba la pausa que ha motivado la lectura, cuando cierras las tapas porque lo único que te queda es el colofón llega el momento de la reflexión; de la tuya propia: de cómo lees, de cuándo lees, de qué lees. Y el libro vuelve a la mente otra vez.

No diré si tiene o no polvazo de esos a los que Miller (Henry) nos tiene acostumbrados a sus lectores. Mejor averiguarlo de la mejor forma: leyéndolo. En el retrete, en la consulta del dentista o en la Biblioteca, para luego meditar sobre la propia experiencia lectora... y decidir cuál es el próximo de la lista.

Y luego nos lo cuentas.

Remedios Herrera Gutiérrez. Servicio al Usuario

Comentarios

  1. Interesante sugerencia de lectura. Gracias.

    https://imagoestinaqua.blogspot.com/

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Los comentarios son moderados. No serán aceptados aquellos de carácter ofensivo o que no respeten las normas gramaticales.

Entradas populares