30 maneras de quitarse el sombrero de Elvira Lindo. Leído en otros blogs

Año nuevo y visita nueva al blog de nuestro querido Siroco, siempre interesante y enemigo del aburrimiento. De allí hemos seleccionado esta vez, una de Elvira Lindo en la que da un repaso a las escritoras que se han hecho un hueco en su vida. Para que compruebes si también han formado parte de la tuya, en la Biblioteca lo tienes.

Una vez convertido en regalo de estas Navidades, un libro de mi hacía mi “santa”, como ella dice que viene siendo habitual, lo he leído antes que ella:

“parece que te has hecho el regalo a ti mismo”-llega a afirmarme.

Una vez terminada la lectura, aconsejo empezar por el final,  leer la última manera de quitarse sombrero, ya que de esta forma, entenderemos mejora  la autora.

el capítulo final es el que ella titula: “Autorretrato, una mujer inconveniente”. En este autorretrato me identifico por varias razones: por la edad ( nació en 1962 y yo en 1960), por la estructura familiar en la que creció (ambos una familia de cuatro hermanos, dos chicas y dos chicas y con el mismo orden, chica-chico-chico-chica), también yo siempre era el chistoso, el imitador, la alegría de mi padre, que se reía con mis inconveniencias, hasta que me cansé de tanto regocijo programado. La única y sutil diferencia es que yo soy chico y Elvira es chica, pero esa leve diferencia, es solo eso, leve.

El prólogo de este tratado de vida y literatura, de esta exposición de escritoras admiradas por Elvira Lindo, es, nada más y nada menos que de mi admirada escritora mexicana Elena Poniatowska, la cual afirma:

“Los textos de Elvira Lindo saben a la puritita verdad en cada retrato”

La desenfadada y brillante mirada de Elvira se dirige directamente a la pasión por la vida y la literatura y posee una fuerza inductora para contagiar su líquida alegría. Palparemos con su recorrido por las diferentes autoras, la épica de mujeres que pasaron los mejores años de sus vidas entregadas al trabajo esclavo e inútil y que encontraron en el alimento intelectual su única salvación.

Pasemos ya a la galería que nos propone:

Los sueños de libertad de Pipi Langstrum, la iluminación de Ana Frank, la áspera, contundente y valiente voz de Concha Méndez, la bravura de María Guerrero, la clara ternura de Gloria Fuertes, la soledad de Elena Fortún, el dolor de Adelaida García Morales tan bien llevada al cine por Víctor Erice en “El Sur”.

La mirada de Elvira Lindo se corporeiza en el mundo anglosajón en las figuras de Louisa May Alcott y su “Mujercitas”. Un salto oceánico al mundo norteamericano que durante años compartió con su estancia en la Gran Manzana; el halo visionario de Carson McCullers, los riscos ambiguos de Patricia Highsmit o el realismo crudo de Alice Munro.

Las miradas de la Lindo son honestas y valientes, reconoce la labor extraordinaria en el campo de la divulgación de Mary Beard, que nos enseña a saber estar en el mundo de hoy a la vez que nos muestra la antigua Roma como algo cotidiano; la épica de la checa Mónica Zgustova, la admiración por la sensualidad e inteligencia de la nigeriana Chimamanda; la defensa por eliminar la ambigüedad de Margaret Atwood; la belleza dorada de Edna O’Brien; la elegancia de Joan Didion; la distinción de Lucía Berlin; la esencia neoyorkina de Dorothy Parker; la oscuridad de Joyce Maynard; el dolor transformado en música de Marjorie Eliot; la rareza de Vivian Gornik; la brillantez de Olivia Laing.

Elvira Lindo irá desgranado a cada una de sus admiradas escritoras mezclando sus vidas con la suya propia y la de su infancia. La escritora es una coleccionista de infancias como bien se puede comprobar en el capítulo dedicado a Nelle Harper Lee y Truman Capote. Finalmente dedica un capítulo al desparpajo de Grace Paley, la mejor escritora rusa en inglés, la cual bebió de las prosa clara de Chejov.

Hay una recomendación final de Grace para los escritores de cuentos:

“Mantenerse abierto e ignorante con los personajes”

Y un último mensaje:

“Todos los días, se conoce una persona nueva, una puesta de sol nueva. Todos los días pasan cosas hermosas”

Una hermosa reflexión de Grace Paley que Elvira Lindo la hace propia y la extiende con generosidad para todos sus lectores.

Estas 30 maneras de quitarse el sombrero vienen acompañadas con otros tantos consejos de lectura de novelas o poemas de las retratadas. Tomo nota de cada una de ellas.

Gracias Elvira

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