Sostiene Pereira, de Antonio Tabucchi
Lisboa, verano de 1938. Europa está dividida en dos bandos y Portugal no es una excepción: la policía salazarista toma las calles tratando de cortar de raíz cualquier atisbo de revuelta. En la vecina España está teniendo lugar una cruenta guerra civil con numerosísimas bajas.
Antonio Tabucchi utilizó este contexto histórico a principios de los años noventa (concretamente 1993) para escribir esta breve novela que tituló 'Sostiene Pereira', y en la que sitúa como protagonista a Pereira, un periodista con más de tres décadas de ejercicio que ahora se encarga de diseñar la página cultural de un periódico vespertino, el Lisboa. Se trata en realidad de un estamento aparte del propio periódico, con su propia oficina de redacción, donde Pereira es el único empleado, lo que le confiere, al menos de entrada, cierta independencia en cuanto a las publicaciones que puede realizar.
Para ampliar su plantilla, Pereira contacta de manera casual con un joven de ascendencia italiana, Monteiro Rossi, y decide contratarlo, encargándole determinados textos que puedan encajar en su ideología. Pereira siempre ha creído que se puede trabajar por la difusión de la cultura sin que ello suponga verse inmiscuido en asuntos políticos, pero empezará a cuestionarse este pensamiento a medida que va conociendo a su nuevo ayudante.
El libro me ha parecido un fabuloso doble elogio, construido a través de Pereira. La primera vertiente de este elogio se dirige hacia el amor eterno. Pereira es un hombre viudo, que perdió a su esposa por enfermedad, y que a pesar de todo no se ha planteado dejar de serle fiel en ningún momento. Convive con el retrato de ella, que se lleva a todas partes, y ante el que se confiesa revestido de una enorme fe y convencido de que está siendo escuchado y comprendido. La segunda vertiente de enaltecimiento, por su parte, está representada por el periodismo. Una profesión ingrata y denostada, que en nuestros días se desangra establecida en inevitables bandos, pero que (sin que sea posible establecer un paralelismo, por muchas circunstancias) en la época en la que se desarrolla 'Sostiene Pereira' solo era posible ejercer profesando un absoluto servilismo.
El personaje de Pereira, por sí mismo, constituye ya un poderoso motivo para acercarse a esta lectura, al margen de más consideraciones. Se trata de un hombre realmente entrañable, del que ya hemos desgranado alguna curiosidad, pero que empatiza con quien lee desde el principio, de muy variadas formas. A ello se añade la belleza de Lisboa, una ciudad a la que resulta imposible pasar desapercibida cuando se ambienta en ella cualquier tipo de acontecimiento. El resulta
do es que las 125 páginas que constituyen la obra se leen casi solas, en mi caso en un solo día, y sin la sensación de ir con prisa ni mucho menos.
Disponemos de varios ejemplares de 'Sostiene Pereira' en la biblioteca universitaria, a los que puedes acceder a través de nuestro catálogo Jábega.
Paco Alba. Biblioteca de Arquitectura y Bellas Artes
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