Cartas de amor a Vita. Violet Trefusis declara su amor

¿Cómo es un amor de verdad? ¿En qué se parece la historia de amor de cualquiera de nosostros a la mejor novela romántica? Para conocer una pasión real, no hay nada como seguir las pistas que van dejando aquellos que la vivieron. El libro de esta semana no es una novela, pero es más apasionado que cualquier romance de ficción. No es una biografía, pero es mucho más reveladora de lo que cualquier estudioso pudiera imaginar. Es el retrato de un amor de primera mano, el vivido por Violet Trefusis en las cartas que envió a su amada Vita Sackville-West, una socialite de clase alta, que acaparó comentarios durante toda su vida por sus amores escandalosos con otras mujeres. 

Es que "Violet ama a Vita" de verdad. Es fácil imaginar, cuando se lee este libro, a la enamorada adolescente dejando constancia del objeto de su deseo en los márgenes de los libros de texto: Vita. Es así como comienza esta historia real: con dos jovencitas que se encuentran en un internado, que se enamoran y que se embarcan en una relación nada escondida entre Francia, Italia e Inglaterra. Con bodas consentidas y obligadas, con partos y separaciones. Con maridos persiguiéndolas por el continente como en la mejor novela de acción. Y con más cotilleos a sus espaldas que en un programa de sobremesa de televisión privada. Pero eso no importa. No cuando es el amor quien domina.

Loca de amor, en estas cartas asoma una Violet apasionada, obsesiva y violenta en su febril pasión adolescente. Solo una vez en la vida se ama así. Y no es para menos. Vita tiene sangre española (es nieta de una bailarina malagueña; Josefa Durán) que aporta exotismo a su belleza. Es encantadora y refinada como corresponde a la hija de un barón. Tiene talento y posición social. Enamorarse de ella es fácil y Violet no puede menos que caer en sus manos. Una media manzana tentadora que se deja morder, que aparece distante, coqueta y voluble. Quizá Vita no ame a Violet. No en la medida que ella desearía, pero esa imagen de la otra mitad es parcial: nos faltan las respuestas (las respuestas no sobrevivieron: el marido de Violet las quemó) y esa carencia hace que el retrato que queda de ella tras leer el libro sea incompleto y desvirtuado por la desmedida pasión que la autora sintió. Vita amó a Violet como luego amó a Virginia Wolf y como antes había amado a otras, aunque pueda parecernos al leer esta correspondencia que no fue así y que solo se dejaba querer.

El final de la historia es previsible: Vita termina ahogándose en el amor de Violet. Está cansada de rodar sin rumbo fijo, de los celos, de soportar los altibajos de un amor tan acaparador y retorna a casa, al marido, a los hijos y el seno de la buena sociedad. 

Pero para Violet no es así. No puede resignarse a perderla y las cartas siguen llegando al hogar de la amada. Llenas de promesas de amor eterno, de amenazas, de súplicas por un encuentro más, de quejas por las respuestas desganadas y frías... Al fin, la correspondencia cesa. No hay más mensajes, no llegan las postales ni las palabras anheladas. Y al final quedan olvidadas en una maleta las cartas junto a todo el amor que Violet dio.

No puedo menos que recomendarte esta lectura. Este librito de cartas pone de relieve un amor que (como los amores de verdad) no son distintos del que cualquier persona puede sentir hoy en día. No resulta una lectura pesada, como cabría esperar en un mundo en el que recibir un sobre con un papel dentro que no sea una factura o publicidad se ha convertido en algo muy raro. En realidad, los contenidos de las misivas no varían (en muchos casos) de los mensajes de texto actuales. Lo que varía es el medio: piensa en postales que desean un buen día o que informan del tiempo como si fueran un sms demorado y podrás leer este libro como si se hubiera escrito ayer. Y lo disfrutarás exactamente igual. Por eso está en la Biblioteca.

Remedios Herrera Gutiérrez. Servicio de Adquisiciones, Préstamo Interbibliotecario e Información y Referencia.

Comentarios

  1. Amor, Málaga, circuitos aferentes, vida plena, miedos, encantos volubles y nosotros nos iremos ylos pájaros seguirán cantando en el huerto choquero y juanramoniano. Mis Recuerdos, mis lecturas son mas grande que el olvido.

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