Lectura de la semana: Sherlock Holmes
"Sherlock Holmes" ilustración de Sidney Paget (1860-1908) |
Me es muy difícil proponer un título solo: ¡hay tanto donde escoger! Por
otra parte, es tan conocido que hablar de él es redundante. Sin embargo, hay
muchas personas que se han acercado a Sherlock Holmes por películas y series de
televisión, o por medio de referencias de terceros. Leerlo es distinto.
Sherlock es un personaje muy elaborado, que las adaptaciones audiovisuales a
veces, no llegan a abarcar por completo. Experto en física y química, con
gran conocimiento de la anatomía, virtuoso del violín, cocainómano, y más que
diestro boxeador y luchador de artes marciales. Su aspecto físico es también
muy reconocible, siendo Sidney Paget, ilustrador de The Strand Magazine, que
utilizó a su hermano como modelo, el que le dio su imagen definitiva y el que
añadió al personaje un elemento no presente en los escritos de Doyle que ha
permanecido, desde entonces, unido inexorablemente a él: la gorra de cazador.
Por otro lado, y no menos importante, está Watson, el alter ego del
investigador, la persona que narra las aventuras del investigador, un hombre de
vida ordenada, inteligente, pero sin las dotes de su colega, que contrasta
vivamente con su amigo y compañero de piso, a quien admira. ¿Qué es Sherlock
sin Watson? Han formado un tándem tan impactante que ha sido habitual que
en escritores posteriores haya un Watson que resalte las dotes del protagonista
principal. Hasta en cómics japoneses se le hacen homenajes: el conocido
Shinichi Kudo toma el nombre de su autor cuando se convierte en Detective
Conan, y sus métodos de deducción están directamente basados en los de Holmes y
es Kogoro Mouri el alcohólico e inepto detective quien le da el contrapunto.
El misterioso criptograma del caso de Los bailarines |
Hay dos formas de conocerlo (hablo de Sherlock, no de Shinichi), y no se cuál recomendar. Por un lado están las novelas, de las que escribió cuatro (Estudio en escarlata, El signo de los cuatro, El sabueso de los Baskerville y El valle del terror); y por otro, los muchos relatos cortos. Si lo que quieres es conocer a un personaje literario que casi ha salido de las páginas de los libros para vivir el mundo real, lo mejor son los relatos, que te van a proporcionar una biografía casi completa. Si lo que buscas es emoción pura y dura, las novelas deben ser tu elección. La mía: los relatos, ya que el método deductivo del detective se acomoda más a una narración breve que a una novela. El caso de los bailarines, Las cinco semillas de naranja, La melena del león, El pulgar del ingeniero o El pabellón Wisteria son excelentes ejemplos de la inteligencia y las dotes de observación del inmortal Sherlock. Si prefieres que te recomiende alguna de las novelas, las cuatro son muy buenas, aunque le tengo una especial querencia a El sabueso de los Baskerville, quizá porque fue la que me descubrió al Holmes escrito.
Doyle en Jábega2 |
Reseña realizada por Remedios Herrera, Biblioteca de la Facultad de Derecho
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