La lectura de esta semana: From Hell de Alan Moore y Eddie Campbell

Esta semana, “La mar de lecturas” os propone un descenso a los infiernos de la mano de Alan Moore y Eddie Campbell y su novela gráfica “From Hell”.

Probablemente, los nombres de Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly no nos sugieran nada. Sin embargo, estas cinco mujeres ocupan un lugar destacado en la crónica negra de la humanidad porque fueron las cinco víctimas oficiales del más conocido asesino en serie de la historia: Jack el Destripador, cuyos asesinatos se perpetraron entre agosto y noviembre de 1888. Hace justo 125 años.

¿Qué tiene Jack el Destripador que nos atrae y nos repele, nos horroriza y nos seduce a partes iguales? Tal vez, la fascinación en torno a tan siniestro personaje haya sido sobrealimentada por la literatura, el cine y los tratados de criminología. Pero, por otro lado, reconozcámoslo, el miedo gusta y a esta historia no le falta detalle alguno para aterrorizarnos y mostrarnos nuestra parte más morbosa: la niebla y el humo negro de las chimeneas, los inquietantes callejones apenas iluminados con lámparas de gas,  los tugurios de mala muerte, el sexo callejero…

Antes de llegar a From Hell, situémonos en el contexto histórico. En el siglo XIX, Londres era la ciudad más grande del mundo y Whitechapel, un barrio marginal y peligroso de la zona este, superpoblado de inmigrantes (principalmente judíos o irlandeses que subsistían en  paupérrimas condiciones) y por el que pululaban cientos de prostitutas, adictos a las drogas y delincuentes comunes u organizados. La violencia era habitual. Los ataques y crímenes contra mujeres demasiado frecuentes. Este fue el escenario escogido por Jack el Destripador para cometer sus atroces asesinatos durante los tres meses que duró su actividad criminal. Un caso que mantuvo a la comunidad aterrorizada y a la policía, impotente, en vilo y con el que los periódicos desataron la histeria y la confusión rodeándolo de sensacionalismo y terror.

Con los actuales conocimientos y herramientas, el Destripador habría sido capturado, pero hace un siglo existían evidentes limitaciones forenses, no se aplicaba la psicología a la investigación criminal ni se elaboraban perfiles psicológicos. En 1988, coincidiendo con el centenario de los crímenes, dos investigadores del FBI elaboraron un perfil psicológico basado en la moderna psicología forense y en los atestados policiales del caso, informes forenses, escenarios y fotografías de los asesinatos, testimonios y perfiles demográficos y geográficos del East End londinense de la época. Concluyeron que el autodenominado en cartas enviadas a los medios Jack el Destripador, era un individuo de raza blanca, menor de 30 años, soltero y solitario y con dificultades de comunicación. Descartaron sus conocimientos médicos (se especuló en su tiempo con que tuviera capacidades quirúrgicas) y lo describieron como un cazador, un depredador sexual que pese a la ferocidad de sus crímenes nunca torturó a sus víctimas, pero también como a alguien que vivía entre ellas, tal vez porque era un tipo normal. Los libros y el cine, sin embargo, nos han forjado la imagen de un caballero con capa, sombrero y maletín que, en solitario, campa a sus anchas por la noche en un barrio del que, con esa guisa, nunca habría salido vivo.

Más de un siglo de especulación sobre la figura Jack el Destripador ha dado lugar a múltiples teorías sobre su identidad. En 1976, el escritor británico Stephen Knight publicó un libro, Jack the Ripper: the final solution. La solución final de Knight, rebatida e invalidada posteriormente por expertos, plantea la existencia de un complot real-masón para encubrir un desliz amoroso del hijo mayor del Príncipe de Gales y nieto de la reina Victoria, el príncipe Albert Victor (“Eddy”) muerto prematuramente de sífilis a la edad de 28 años y que podría haber tenido consecuencias imprevisibles para la monarquía británica con una heredera católica en la línea sucesoria directa.

El conocimiento de la existencia de esta descendiente real y la imperiosa necesidad de dinero para hacer frente a la extorsión de una banda criminal, lleva a varias prostitutas de Whitechapel a planear un chantaje teniendo a William Sickert, pintor impresionista y amigo personal del príncipe Eddy y, como él, asiduo de los bajos fondos, como intermediario.

Alan Moore. Galería de Fimb en flickr (CC BY 2.0)Alan Moore, retoma la teoría de Knight, deja de lado las argumentaciones en contra e introduce elementos narrativos de su propia invención para construir una ficción delirante y aterradora en la que la Reina Victoria en persona interviene para solucionar el engorroso problema creado por su nieto, encomendando tan delicado encargo a…

From Hell. Carta de Jack the Ripper (de dominio público)
En From Hell (primeras palabras de una carta del asesino fechada el 15 de octubre que se consideró auténtica) conocemos la identidad del Destripador, su punto de vista, sus teorías sobre la supremacía del elemento masculino sobre el femenino en la naturaleza, su pérdida de control, su caída a los infiernos...  Del otro lado, Abberline, el firme inspector encargado del caso se enfrenta a una corrupción de alto nivel que dificulta el avance de su investigación y que posibilita que los crímenes queden impunes y en él quede un poso de frustración y desencanto como policía y como persona que ya siempre le acompañarían.

Pero From Hell es mucho más que un caso policial: es una novela alegórica y simbólica que presenta una crítica feroz de la sociedad victoriana y las terribles condiciones de vida de tantos seres humanos. La mirada de Moore hacia esas cinco mujeres es indulgente y compasiva: abocadas a la prostitución y al alcoholismo, víctimas perfectas, siempre accesibles y disponibles, nos muestra su vulnerabilidad, la sordidez y tristeza de sus vidas, lo poco que, en el fondo, a la sociedad le afectaba la eliminación de la escoria…

From Hell es una novela de culto, sin embargo su publicación pasó por no pocas vicisitudes. Fue editada por entregas en varias revistas en la década de los 90 y hasta 1999 no se pudo leer como novela gráfica.

Alan Moore, para la mayoría el mejor guionista de cómics y escritor de novela gráfica, aunque no un gran dibujante, eligió al historietista Eddie Campbell como mano ejecutora de su desbordante fantasía. Los dibujos de Campbell son oscuros, siniestros, deliberadamente imprecisos. También explícitos en todo su horror. No podían ser de otra manera. Este hecho, unido a un argumento complejo, con múltiples personajes y situaciones, hacen de From Hell una novela de difícil lectura. Moore nos lo hace un poco más fácil, con unas extensas notas finales, en las que justifica sus licencias narrativas y aclara y documenta capítulo a capítulo las viñetas más crípticas o simbólicas.

Jack el Destripador tuvo una carrera criminal breve: el fin del verano y el otoño de 1888. Después sus crímenes cesaron. La investigación sobre los asesinatos de Whitechapel se cerró cuatro años después del último crimen. Alan Moore nos ofrece una de tantas versiones, que él mismo refuta, sobre el verdadero asesino, pero todos sabemos que la figura de Jack el Destripador seguirá siempre merodeando entre la espesa niebla londinense…

El asesino queda libre. El mito sigue vivo.

Alan Moore en el catálogo Jábega.



Juana Doncel Jiménez. Sección de Adquisiciones, P.I. e Inf. y Referencia

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