El monstruo de Ness, pero no el del lago

No, no se trata del famoso Nessie, el legendario monstruo del lago escocés, sino del que aparece en el drama fantástico dirigido por Juan Antonio Bayona “Un monstruo viene a verme” (A  monster calls), de 2016. Este monstruo es más parecido al ent Bárbol, de El Señor de los Anillos, tanto por su aspecto como por su voz. Os recomiendo, por supuesto, la versión original, pues es Liam Neeson quien pone la voz del monstruo: potente, profunda y, a menudo, amenazadora.



La película se basa en la novela homónima de Patrick Ness, escritor norteamericano residente en Londres, también autor del guión. La novela está, a su vez, tomada de una idea original de la escritora de literatura infantil Siobhan Dowd, al saber que tenía cáncer. Cuenta la historia de Conor (Lewis MacDougall) un niño cuya madre (Felicity Jones), joven y divorciada, está gravemente enferma. Cada noche se despierta por una pesadilla recurrente que lo angustia, justo siete minutos después de medianoche. Hasta que una noche, al despertarse de su pesadilla,  se encuentra un monstruo con forma de árbol descomunal que es, durante el día, el tejo del cementerio tras su casa. El monstruo le promete tres historias. A cambio, la cuarta, la contará el propio Conor, revelando la verdad escondida tras su atroz pesadilla.

Destaca la interpretación del chico, que es soberbia. Excelente actor con tan poca edad. Y, por supuesto, los cuentos del monstruo, historias animadas que comienzan al estilo clásico, pero en los que nada es lo que, en un principio, parece. Ni los buenos son perfectos, ni los malos tan terribles. Todos somos una mezcla, una dualidad, blanco y negro, complejos y nunca planos y lineales como en los cuentos de hadas. Igual pasa con el monstruo, que unas veces espanta y otras despierta ternura. Unas veces guía y aconseja a Conor para que supere sus problemas, y otras arrasa furibundo lo que encuentra en su camino.

Además de tener que hacer frente a la enfermedad de su madre, Conor debe lidiar con una abuela seca y muy arisca (Sigourney Weaver), a la cual detesta, con un padre ausente (Toby Kebbell), que tiene una nueva familia, y con un matón (James Melville) de colegio que lo maltrata sin cesar.

La película es una metáfora que nos emociona genuinamente, sin ser sensiblera, sobre todo por la intensidad de los sentimientos que logra despertar el joven actor protagonista: un niño  muy enfadado, triste, solo, perdido y acosado, que se ve obligado a madurar más rápido que el resto de los chicos de su edad por las duras circunstancias que lo rodean.

En definitiva, es una excelente adaptación de la novela de Ness, llena de efectos especiales, que nos enseña que todos creamos nuestros propios monstruos para poder hacer frente a la pena y a la ira interior.

Podéis encontrar esta película en la Biblioteca de Medicina.

Rocío Martínez Bocero. Coordinación BUMA.

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