LOS OTROS AMORES. (Un amar ardiente. Poemas a la virreina, de sor Juana Inés de la Cruz, compilación e introducción de Sergio Téllez-Pon y prólogo de Ramón Martínez)

Pero hasta ahora se había pasado de puntillas sobre un tercer acontecimiento crucial en la vida de la escritora: su encuentro con la virreina María Luisa Gonzaga Manrique de Lara, condesa de Paredes, ocurrido en 1680, cuando llegan hasta Nueva España los recién nombrados virreyes. Entre estas dos mujeres, jóvenes, hermosas, inteligentes y amantes de las artes y la poesía, nace pronto una amistad que poco a poco se hará más íntima. Sor Juana Inés de la Cruz dedicará a su amiga infinidad de poemas de los llamados “de circunstancia” con ocasión de celebraciones de santos, nacimientos, cumpleaños…, pero también algunos otros de temática variada. Todos ellos se han integrado normalmente en sus obras completas y han quedado dispersos y separados, según los criterios de cada una de las ediciones.
Ahora, por primera vez, y gracias al investigador mejicano Sergio Téllez-Pon, se publican juntos y seguidos (en orden, dentro de lo posible, cronológico, y bajo un título directo y sugestivo: Un amar ardiente. Poemas a la virreina) todos los poemas que Sor Juana Inés de la Cruz dedicó a la virreina María Luisa, condesa de Paredes, durante los ocho años que la condesa permaneció en Nueva España. A través de estos 50 poemas el lector (salvando las distancias culturales entre el barroco y el mundo contemporáneo) puede seguir sin mucho esfuerzo los distintos estadios que componen cualquier historia de amor: el primer deslumbramiento, el enamoramiento, las dudas, los celos, los reproches, las reconciliaciones…, porque “ser mujer, ni estar ausente, / no es de amarte impedimento, / pues no sabes tú que las almas / distancia ignoran y sexo”.
Porque la intención última (y declarada por prologuista y compilador) de esta personal antología de la obra de Sor Juana Inés de la Cruz es contribuir a la recuperación de aquellos referentes homosexuales de la literatura española que han quedado ocultos tras siglos de ortodoxia heterosexual. Algo necesario para que la normalización del amor y el deseo homosexual sea realmente efectiva en el mundo de ahora mismo.
Y es que en estos poemas podemos encontrar descripciones apasionadas (salvando las convenciones) de la virreina, ensoñaciones sutilmente eróticas (“Detente, sombra de mi bien esquivo, / imagen del hechizo que más quiero / bella ilusión por quien alegre muero, / dulce ficción por quien penosa vivo”), disculpas de amor (“Perdona, si atrevimiento fue / atreverme a tu ardor puro; / que no hay sagrado seguro / de culpas de pensamiento”), o el dolor de la separación (“En fin, te vas. ¡Ay de mí! / Dudosamente lo pienso: / pues si es verdad, no estoy viva, / y si viva no lo creo”).
En fin, una antología poética que nos permite leer nuestra mejor poesía clásica con otros ojos y dotarla así de nuevos, y heterodoxos (o misteriosos), significados. A su regreso a Madrid, la propia virreina dedicaba a sor Juana Inés de la Cruz este poema: “Solo tu musa hacer pudo, / con misterioso desvelo, / de claridades oscuras, / lo no entendido, discreto”.
Antonio Aguilar. Catedrático de Lengua Castellana y Literatura, Doctor en Filología Hispánica y Profesor Colaborador Honorario de la Universidad de Málaga. Dramaturgo y poeta... nos presenta esta semana el amor que escondido en los versos de Sor Juana Inés de la Cruz.
Comentarios
Publicar un comentario
Los comentarios son moderados. No serán aceptados aquellos de carácter ofensivo o que no respeten las normas gramaticales.