Entre Málaga y Barcelona: Las bailarinas muertas, de Antonio Soler

Leer por recomendación. Hay lectores y amigos que me recomiendan lecturas, de quienes me fío tanto como para no dudar en sumergirme en los libros que me proponen, y siguiendo los pasos de uno de ellos, es como llegué a Antonio Soler y sus bailarinas muertas. Es cierto que llevaba tiempo en mi lista mental de Por leer, pero fue la insistencia de mi amigo que me llevó a rescatarlo de las estanterías de una biblioteca para incorporarlo a mis lecturas de forma efectiva. 

Soler presenta una historia narrada en primera persona por un niño que expone sus vivencias en la Málaga de los sesenta y la vida que su hermano cuenta en las cartas que llegan a casa. El relato, que parece ser el hilo de pensamiento de Antonio, nos lleva, por mor de asociaciones a veces no muy directas (como funcionan a veces las cabezas) de una Málaga que nos llena de nostalgia a una Barcelona de leyenda: promesa de triunfo, para volver a Málaga otra vez. Del partido de fútbol con los de la Granja Suárez al cabaret del Paralelo en el que canta Ramón/Carlos; de las muchachas en trance a mujer a las coristas que bailan en biquini y que caen muertas en el escenario; de los hierros que sujetan las piernas de Tatín al sonido de las bailarinas al morir sobre el escenario.

Capítulos alternos para vidas en paralelo que nos hacen asistir, casi de mirones, a los extraordinarios acontecimientos barceloneses, a las vidas de los artistas de cabaret y al despertar a la adolescencia de una pandilla de niños en una historia que une dos universos distintos e iguales, fascinantes ambos, narrados con una prosa ágil y llena de sorpresas. Siempre interesante, Antonio Soler, un autor que hay que tener siempre presente

Remedios Herrera Gutiérrez. Servicio al usuario

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