Leído en otros blogs: El jinete polaco de Antonio Muñoz Molina


Esta semana estrenamos colaborador. José María Moncada, de la malgueña Biblioteca Pública de Pedregalejo nos ha dado permiso para reproducir las reseñas de libros que publicó en Liber: revista de las bibliotecas públicas de Málaga. La primera lectura que nos ofrece fue publicada en 2003 y en ella recomienda El jinete polaco, de Antonio Muñoz Molina, una novela excelente que fue premio planeta en 1991 y que gustará a todos los que se apasionan con los libros. En la Biblioteca de la BUMA disponemos de ejemplares de este título para que te lo lleves en préstamo, y también lo podrás encontrar en la biblioteca pública de tu barrio o de tu localidad. 
Gracias, José María, por colaborar con nosotros.

Cubierta del libro
El jinete polaco

Pocas veces el lector tiene la dicha de encontrarse con una obra tan completa donde se conjuran todos los elementos fundamentales de la novela para hacernos gozar profundamente: poética y lirismo en la forma y en el contenido, trama argumental intensa y viva, perfectas introspecciones en de los personajes, todo un conjunto de palabras hilvanadas que en definitiva nos permiten sentir a los protagonista y ver a través de ellos. 

El lector se encontrará con una novela fragmentada en la que la trama se encarga de ir relacionándolo todo, como en la vida al fin y al cabo, y donde progresivamente vamos viendo las relaciones que tienen los diferentes actores de la historia de tal forma que recibimos cada vez con más nitidez a los personajes, comprendemos mejor sus motivaciones y entrevemos casi la esencia más secreta de ellos. La obra bien podría calificarse como una novela de soledad y búsqueda, como la historia de un encuentro a través de la exposición de la subjetividad interior masculina del protagonista, el resultado de la sedimentación de varias generaciones campesinas. La exposición detallista del pasado más vivo nos permite percibir un mosaico de sensaciones e impresiones que son una parte muy importante de la vida de este país: la vida provinciana y dura de los años grises del franquismo, la época compulsiva de la República, la represión explícita o latente de la posguerra, el miedo al vencedor y a los fantasmas de los vencidos, la mediocridad de las gentes trabajadoras, la mezquindad y la dignidad humana así como el precio que se habrá de pagar por ambas, las historias secretas que todos llevamos escondidas en el corazón, en definitiva y, aunque suene a tópico, aparece la vida en su estado más real. 

El protagonista nace en un mundo que no le gusta, se siente asfixiado psicológicamente, desplazado por no poder conectar con sus semejantes, rehúye de heredar el trabajo labriego de sus antepasados, habita un mundo que cambia vertiginosamente para sus congéneres pero que no lo hace para él suficientemente. La insatisfacción es pieza clave para que decida abandonarlo y buscar una profesión (traductor de organismos internacionales) que le permita no estar en ningún lugar, no echar raíces en ninguna parte, no sentir apego por ningún sitio ya que casi todo lo que observa le es ajeno: su familia) sus amigos, sus vecinos, su ciudad. Es por lo tanto un personaje idóneo para mostramos la vida con la suficiente objetividad, porque a los ojos del protagonista no los une nada de lo que observan. Es la imposibilidad de la comunicación con el exterior.

Ejemplares del libro en Jábega2
Ejemplares disponibles en BUMA
Pero el destino por fin parece que le permite encontrar a alguien que será la "llave" que quizás le abra a los demás, alguien que pueda leer en su alma, alguien con la que el goce sexual sea tan pleno que incluso llegue más allá de lo puramente físico, alguien que dé sentido y objetivos a una vida que hasta entonces le era ajena. Nadia, la protagonista que circula por la novela y cuya vida vemos que también está falta de una persona sustancial, será la mujer que haga posible el milagro. Ese encuentro será uno de los puntos álgidos del libro, desearemos que se lleve a cabo, estaremos tan identificados con la sensibilidad del protagonista que empujaremos a la acción para que eso suceda. 

Muñoz Molina nos explica a nosotros mismo como estoy seguro que siempre quisimos explicarnos a los demás. Para eso quizás estén los novelistas, para prestarnos sus palabras y así poder interpretar a los demás y de paso a nosotros mismos. En este caso les garantizo que verán parte de su alma. Seguro que disfrutarán cuando la vean.

Comentarios

  1. Una reseña de altura para una novela que leí hace ya años y creo merecedora de su relectura, gracias José María por enseñar a elaborar con cuidado y maestría un comentario literario.

    Víctor Pérez

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    1. Para nosotros es un placer leeros a ambos. Reseñas de tanta calidad como las vuestras son difíciles de ver en internet. Gracias por enriquecer nuestro blog.

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