Leído en otros blogs: "Pantalones cortos", de Miguel Torres


Nuestro colaborador de la Biblioteca Pública de Pedregalejo, José María Moncada, nos trae este mes un texto ambientado en la Málaga de la Guerra Civil sumamente atractivo. Publicado en Liber: revista de las Bibliotecas Públicas de Málaga, esperamos que disfrutes de este libro que puedes retirar en préstamo tanto de la Biblioteca Universitaria, como de la Red de Bibliotecas Públicas de Andalucía.

Si alguno de ustedes ha visitado una exposición de fotografías de los años treinta o cuarenta malagueños seguro que se habrá preguntado por las vidas que están detrás de esas miradas, sus mundos de corralón y barrio donde todos se conocen y conviven, entre odios y filias, y habrá deseado saber más sobre aquel niño que viste pantalones cortos y que desafía a la cámara con su mirada limpia. Pues bien, en esta entrañable novela situada en Málaga durante la guerra civil encontraremos la solución a nuestra curiosidad. El protagonista, un niño de ocho años que vive solo con su padre republicano y barbero, nos explicará el mundo de barrio en una época convulsa. Los personajes que aparecen en la trama serán definidos y explicados a través del protagonista. No es fácil escribir una novela desde el punto de vista de un niño pero tenemos que reconocer que el autor lo hace a la perfección. El lenguaje y la mentalidad de un crío de esa época están perfectamente construidos, la sensibilidad y la sencillez, la curiosidad por la vida y los razonamientos de alguien que está empezando a descubrir el mundo forman parte de esta estupenda obra. Las vivencias del zagal nos harán sonreír de forma cómplice (quizás porque nuestro recuerdo se solidariza con el protagonista) o nos estremecerán al ver reflejada en su mirada una situación de violencia y desgarro. Lo cómico y lo trágico se mezclan de forma muy natural en situaciones de guerra o en épocas difíciles. La necesidad de sobrevivir a la vida, a la mala vida, es tan perentoria que nos mentalizan para asumir lo que en condiciones normales nos heriría el alma. 
Mientras trascurre la novela se va creando un lazo de complicidad entre el lector y el protagonista. Bien por su edad, bien por su naturaleza, siempre estamos contentos de estar en su mente, de vivir los misterios de la novela sin demasiados bagajes de odios ni cortapisas sociales que sólo pueden imponerse con la edad. Vivimos pues la novela a través del niño que siempre llevamos puesto. 
Miguel Torres consigue en su novela que la cotidianidad de una vida desencadene de forma paulatina en una tragedia, tragedia que asumimos como algo natural porque todo el "decorado" nos habla de lo que está por llegar. Consigue que todos los secretos que pasan por la vida de la barbería se vayan resolviendo. Así aparecen historias sorpresivas, divertidas unas veces, crueles y trágicas otras, pero siempre humanas, tanto como nos deja nuestra propio condición, y con sus contradicciones, como no, porque cómo si no explicar que en la novela se mienta por caridad o se traicione por amor. No obstante existe en la obra un río subterráneo de vida que, bajo este paisaje de desolación moral o física, corre como un bálsamo para las embestidas de cualquier devenir. 
Pantalones cortos en Jábega2
Bien documentado, el libro presenta un retablo muy característico de la sociedad malagueña de entonces. Sus personajes saben trasmitirnos el pulso de una sociedad en plena convulsión política y social. La Málaga de los barrios con su proletario variopinto, con sus extremismos sociales, con esa mezcolanza tan especial. Y será en el desarrollo de estos personajes en donde el lector encontrará la ternura y la sorpresa, la risa y la pena, la solidaridad y la traición, y en definitiva la explicación de una vida que es la de todos. Los ojos del niño que cuenta estas historias son nuestros ojos a su edad y las historias contadas en realidad también son las nuestras. Que ustedes se vean bien.

Comentarios

  1. Recuerdo haber leído la novela en su día recomendada por un colega del escritor, ya que ambos son bibliotecarios y me impresionó, es efectivamente una novela que leída con los ojos de niño, que con un poco de esfuerzo son con los ojos que la leemos, es dura pero balsámica.

    Buena crónica.

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    1. Por lo que vemos ha leído la novela. Nos enorgullece que nos sigan por las redes. Sí que es cierto que es una buena crónica.

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  2. Efectivamente con los comentarios respiran las palabras de una bitácora, ya sabéis (si me permitís el tuteo) que mi blog también está ahíto de que comentéis, además podéis tomar de él cualquier comentario de libros si lo veis oportuno.

    Un abrazo

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    1. Por supuesto que te permitimos el tuteo. Lo cierto es que nos encanta tu blog, estimado Siroco. Desde La mar de lecturas y desde nuestra vida privada, al margen de esta vía de comunicación, lo seguimos con muchísimo interés y atención porque es muy gratificante leerte. ¡Gracias por ofrecernos tu blog!, y el mes que viene tenemos ya previsto una aportación tuya.

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