Gabrielle de Bergerac de Henry James: lectura recomendada

La preciosa cubierta de la cuidada edición de la novela Gabrielle de Bergerac, invita, sin duda, a su lectura. La editorial Impedimenta, fiel a su intención de "publicar lo más valioso de la literatura clásica y moderna", rescata una de las primeras novelas del escritor norteamericano Henry James (1843-1916). Esta novela breve, publicada en 1869 y que el propio autor no incluyó en sus obras completas, nos presenta a un James temprano, cercano al Romanticismo, pero que empieza a dar muestras de sus cualidades literarias, especialmente en la caracterización psicológica de sus personajes.

La satisfacción de una deuda contraída por el señor de Bergerac, noble venido a menos, permitirá al narrador de la novela hacerse a la muerte de aquél, con un retrato que representa a una bella y cautivadora joven, Gabrielle de Bergerac, tía del caballero y muerta trágicamente durante la época del Terror. La señorita de Bergerac, de tierna sonrisa pero mirada triste, de destino fatal, alimenta la curiosidad del narrador que insta al dueño del fascinante retrato a recordar su historia. Cambiamos entonces de relator para trasladarnos a la época previa a la Revolución Francesa, rememorada con nostalgia por la inocente, aunque penetrante, mirada de un niño: el chevalier, futuro señor de Bergerac.

Gabrielle, hermana del barón de Bergerac, vive una vida retirada junto a su hermano, cuñada y sobrino en la quietud de la campiña francesa. Sus circunstancias son poco propicias dado que por su condición de mujer no tiene derecho a heredar propiedades ni dispone de dote alguna: sólo pude aspirar a un matrimonio conveniente a su posición social o consagrarse a la fría vida conventual. Con veintidós años, y sin haber recibido ninguna propuesta matrimonial aceptable, su hermano ve en su íntimo amigo, el vizconde de Treuil, la alianza perfecta. Treuil, de carácter mundano y despreocupado, es el futuro heredero de una cuantiosa fortuna y se muestra dispuesto a dejar atrás su vida disipada. Pero, debajo de esa mujer tranquila e inexperta, se agita un espíritu rebelde, deseoso de libertad y conocimiento. Aparece entonces el elemento desestabilizador de la narración, el Sr. Coquelin, el preceptor del chevalier, un joven de orígenes humildes, culto, atractivo, de vida azarosa y sentimientos nobles. El mundo de Gabrielle se tambalea. Henry James, gran observador de la naturaleza humana, nos sirve la disyuntiva a la que se enfrenta la joven: ¿posición o amor? ¿continuidad o cambio?
H. James en Jábega

Os aconsejamos, por último, una lectura detenida del posfacio de Eduardo Berti, quien además de una impecable traducción de la novela, plantea una interesante teoría sobre el "doble final" en Gabrielle de Bergerac.

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Juana Doncel Jiménez. Sección de Adquisiciones,Préstamo Interbibliotecario e Información y Referencia

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