La Mennulara. La lectura de la semana a cargo de Simonetta Agnello Hornby

La Mennulara ha muerto. En Roccacolomba no se habla de otra cosa. Desde las porterías hasta los salones de la nobleza, la vida y milagros de la Mennulara andan de boca en boca. Con su muerte, la familia Alfallipe, en cuya casa servía fielmente desde la infancia, se encuentra en un momento decisivo. Mennù administraba la hacienda familiar, y el dinero, a su muerte, puede dejar de llegar. Al menos, para los hijos de la casa, no era buena la Mennulara. Una buena parte de la herencia que les corresponde parece estar desaparecida, no hay visos de testamento en la casa de la criada y sí unas extrañas disposiciones para su funeral y entierro que la familia se resiste a cumplir. ¿Dónde se ha visto que una familia principal ponga a su nombre la esquela de una criata? ¿Y ponerla en el diario más leído de Sicilia, en vez de en la prensa local? ¡Qué atrevida! En vez de testamento, lo que ha dejado es a la familia en boca de todo el pueblo.

De ella se sabe que no era más que una recogedora de almendra (oficio al que debe el apodo por el que todo el mundo la conoce), una mula trabajando para mantener a su madre y a su hermana, enfermas ambas. Que siendo aún muy pequeña entró a servir en casa de los Alfallipe. Que se ganó la confianza de sus amos hasta administrar la fortuna familiar y sacarlos de la ruina más absoluta. Que ha sido una criada leal y entregada: una "persona de casa" hasta su último día. Y que sus actos no se ajustaban exactamente a lo que es conveniente para una mujer en un pequeño pueblo del interior de Sicilia. ¿Una criata bajando a los campos a vigilar las cosechas, a contar los sacos de grano? ¡Y sola!, sin ningún varón que la acompañe. ¿Que decida sobre la siembra y las ventas de terreno? ¡Si apenas sabe leer! ¿Que tenga despacho anejo al del abogado Alfallipe en el palazzo para ajustar las cuentas? ¿Que disponga de los caudales de sus señores y que los invierta a su antojo? Administrar una hacienda... ¡Eso son oficios de hombre! Mala hembra y poco decente hay que ser... Muy malas artes debe haber utilizado para ostentar tanto poder dentro de la familia

Ya así, entre rumores de pueblo y recuerdos de viejos vamos viendo que para algunos era una santa; para otros, el mismísimo demonio. Y que para todos era un misterio.  ¿Era amante del abogado? ¿Era hija de un desliz del padre de su señor? ¿De dónde sale la fortuna de la Mennulara? ¿Del tráfico de drogas? ¿Del comercio ilegal de antigüedades? ¿O se ha apropiado de la fortuna familiar de sus amos? Esto último no sería tan raro, a fin de cuentas los Alfallipe se enriquecieron con lo que le birlaron al Barón... sería cosa normal que les pasara lo mismo... ¿o no? Honrada era la Mennulara. Eso no lo duda nadie.

Y cuando Don Vincenzo Ancona se presenta en el funeral, las voces de porteras bajan aun más el volumen y aparecen nuevas cuestiones por averiguar: la relación entre la criada analfabeta y el temido capo local de la mafia. ¿Eran amantes, acaso? O... ¿era la Mennulara una fimmina di panza, un miembro de la Honorable Socieda? De la mafia, seguro. Un capo como Don Vincenzo no presenta sus respetos a cualquiera. Todo es posible en esa mujer tan inteligente y tan reservada con sus asuntos.

¿Te apetece seguir los rumores que llevan a descubrir los secretos de una mujer inteligente y fuera de serie en un pequeño pueblo del interior de Sicilia? La oferta es más que atractiva. Esta novela es una delicia para aquellos que la descubren y sorprende cómo la autora ha captado el espíritu de un lugar en el que la vida de los demás es objeto de escudriño público, y en el que la modernidad está limitada a automóviles y vuelos en avión. Dicen los conocedores que es un fiel retrato de la Sicilia rural. No lo sé; no he estado nunca allí. Pero lo que cuenta la novela es algo que me resulta conocido, que ya he visto y leído antes y no ambientado en Italia, precisamente. No somos tan distintos, en el fondo, y lo puedes comprobar en este fantástico libro que tenemos en nuestra Biblioteca. ¡Disfruta!

Remedios Herrera Gutiérrez. Sección de Adquisiciones, Préstamo Interbibliotecario e Información y Referencia.

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