Leído en otros blogs. El universo existencial de Sábato, una crítica de “Sobre héroes y tumbas”

Las propuestas de este mes, pensadas especialmente para ser leídas en la calma del descanso, no podían tener un comienzo mejor. Una visita al blog de nuestro amigo Siroco - Encuentros y amistad nos trae un libro inmortal. Uno de los autores imprescindibles de nuestra lengua en una de sus obras fundamentales. Disfruta de esta magnífica reseña y, por supuesto, del libro: puedes encontrarlo en nuestra Biblioteca y también, en la Red de Bibliotecas Públicas de Andalucía. ¡Que no te falte algo de leer!

Leer la novela “Sobre héroes y tumbas” de Ernesto Sábato supone integrarse en un riguroso análisis de la depresión existencial de nuestro tiempo. Publicada en 1961, “Sobre héroes y tumbas” podía perfectamente ser una novela moderna del siglo XXI y es otra de las tantas novelas que Sábato tenía destinadas a la destrucción; se debe a la intervención de su esposa Matilde el que su destino fuese dado a conocer a la humanidad.
El universo de Sábato está siempre dedicado a cantar con gritos desesperantes la angustia y la incomunicación del ser humano, su constante lucha de la dualidad entre la razón y la sinrazón, la constante y persistente lucha de describir a las fuerzas del mal como inevitables y a la lucha contra ellas como una necesidad del ser humano en la búsqueda de la salvación del hombre como ser íntegro.
La novela gira alrededor de un personaje, Martin, un melancólico y abúlico ser fruto de la unión de un pintor fracasado y una mujer de la calle que siempre lo rechazó y lo consideró como un despojo y fruto de un tremendo error. Martin conocerá  a Alejandra, un ser marcado por pertenecer a una familia con historia en la Argentina, una familia con raíces históricas y militares. Alejandra es hija de un padre que la violó desde niña con el consentimiento de su madre, una situación que le lleva a la constante huída ante el acoso sentimental de Martín. La relación de ausencia y fracaso es intensa y dolorosa entre Martín y Alejandra y es la fiel descripción de la propia vida de Sábato, una vida de compromiso y de revolución de gritos de angustia de un ser encerrado en una torre que se quema ante una colectividad narcotizada por el poder.
Incendios e incesto, existencia y finitud, la ceguera y la psicopatología de una sociedad donde las fuerzas del mal dominan desde las sombras sin que la luz de alma humana pueda evitar su esparcimiento por el mundo, son constantes temas de su universo literario.
La novela de Sábato ahonda en uno de sus capítulos llamado “Informe sobre ciegos”, una visión surrealista y fantasmagórica de la sociedad donde una secta de ciegos (metáfora del mal) aprovecha a los videntes para imponerse sobre la colectividad.
Se debe leer a Sábato sin prisa (sin apuro como se diría en su país Argentina) pues Sábato siempre es complejo y oscuro; en sus novelas Sábato aligera la realidad y engrandece el mundo de los sueños, muchos de los cuales son las pesadillas que siempre le acompañaron.
Valiente y decidido Sábato abandonó a la edad de 32 años su brillante futuro en el mundo de la Ciencia y la Física teórica consciente de abandonar un destino que eligió para equilibrar su espíritu romántico y tumultuoso, un mundo de la Ciencia que le dotó de la capacidad del rigor y la autocrítica para adentrarse en el mundo de la locura y la sinrazón. Ernesto Sábato siempre buscó hacer algo grande, encontrar las respuestas a las preguntas más difíciles de las cuestiones que todos nos planteamos: la existencia y la muerte, la soledad y la angustia, la necesidad de la comunicación. Metafísico de la existencia, constructor y aventurero en sus propios túneles, Sábato alcanza en “Sobre héroes y tumbas” una de las cimas más altas de la literatura.
Desde 1938 en París cuando tuvo contacto con los surrealistas supo que su destino era el abandono de la Ciencia. Sábato aprende junto a Breton y a su amigo Oscar Domínguez que los mitos y los símbolos, los sueños y las pasiones, todo lo que conforma el mundo de lo irracional es más poderoso que lo diurno, del concepto científico de la razón.
Sábato consciente de la “cosificación” del hombre trasladable perfectamente, según mi opinión, a éste momento de 2013, entiende que el hombre idolatra la tecnología y se ha convertido en un hombre-engranaje que concede más importancia al costo de la producción que al propio hombre. Comunista ortodoxo en su juventud, abandona su pertenencia al partido para convertirse en un socialista defensor del hombre en comunidad al estilo religioso y valora el rescate del hombre íntegro mediante esa comunidad a su escala de hombre, una comunidad integradora de lo manual y lo mental, una comunidad al estilo del kibutz judío donde el hombre conozca a través de sus otros diversos tanto la teoría de la relatividad como el saber ordeñar una vaca.
Una frase de Sábato es determinante para entenderlo: “yo no sé que es peor un mundo de leprosos o de alienados”. Sábato concede a la enfermedad del alma que es la alienación una muy difícil, casi imposible curación.
Leer “Sobre héroes y tumbas” produce una atractivo desasosiego, un placer de contemplar una estructura casi perfecta, donde se encuentra las angustias de la existencia pero también la descripción de los esfuerzos por encontrar itinerarios alternativos de purificación interior desde los abismos de la plenitud del arte. Sábato concede al Arte un papel preponderante tanto en el conocimiento de la crisis como en la forma de salvación.
Indudablemente el siguiente párrafo de “Sobre héroes y tumbas” contenido en el apocalíptico y fantasmagórico capítulo de “Informe sobre ciegos” nos da la altura de lo retos para un lector:
“Me encorvé lo suficiente para atravesar aquella portezuela y penetré en la pieza. Luego, incorporándome, levanté la linterna para ver donde me encontraba.
Una helada corriente eléctrica sacudió mi cuerpo: el haz de luz iluminó ante mí una cara.
Una ciega me observaba. Era como una aparición infernal, pero proveniente de un infierno helado y negro.
Era evidente que no había acudido ante aquella pequeña puerta secreta alarmada por los pequeños ruidos que mi entrada podía haber producido. No: estaba vestida y era obvio que me había estado ESPERANDO.
Ignoro el tiempo que, antes de desmayarme permanecí petrificado por la mirada pavorosa y gélida de aquella medusa.
Nunca antes había sufrido un desmayo, y más tarde me pregunté si aquél fue provocado por el pavor o por los poderes mágicos de la ciega, ya que, como ahora me parece evidente, aquella hierofántida tenía la facultad de desatar o convocar fuerzas demoníacas.
En rigor, no fue un desmayo total, en que yo perdiera el conocimiento, sino que, al caer al suelo (aunque más apropiado sería decir “al derrumbarme”) comenzó a apoderarse de mí un sopor, un cansancio que dominó rápidamente mis músculos en la misma forma y con las mismas características que en el curso de un ataque violento de gripe.
Recuerdo el latido crecientemente intenso de mis sienes, hasta que en un momento tuve la sensación de que mi cabeza podía estallar como una caldera cargada a miles de atmósferas. Una especie de fiebre iba subiendo mi cuerpo como un líquido hirviente en una vasija, al mismo tiempo que un resplandor fosforescente iba haciendo a la Ciega cada vez más visible en medio de las tinieblas.
Hasta que un estallido pareció romper mis tímpanos y caí o, como ya dije, me derrumbé sin sentido en el suelo de aquella habitación “
Sábato, valiente luchador, vivió y sufrió con el nazismo, el stalinismo y el peronismo y anduvo siempre a la búsqueda de lo más grande: La unidad dentro de la diversidad. El que lo consiguiera o no solo el tiempo lo decidirá, el tiempo y sus lectores como yo que dan vida a su filosofía y modo de concebir al ser humano, en éste humilde caso le doy un punto a su favor, mostrándole mi admiración en la capacidad de construcción de una novelística bien estructurada acompañada de un compromiso con la salvación del alma humana.
Imprescindible novela.

Comentarios

  1. Respuestas
    1. Gracias a ti, por permitirnos entrar en tu mundo. Sigue escribiendo, porque es un placer leerte.

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