PAULA (ISABEL ALLENDE)

Isabel Allende publicó ‘Paula’ en 1994, y lo cierto es que desde que conocí a mi pareja, un lustro después, la recomendación de su lectura ha sido casi constante por su parte, y constante y erróneamente desatendida por la mía.

La autora chilena se ve obligada a ocuparse a tiempo completo del cuidado de su hija, ingresada en un hospital aquejada de porfiria, una enfermedad metabólica, y decide escribirle una carta mientras tanto, “para que cuando despiertes no estés tan perdida”. De esta forma, con cuatro novelas ya publicadas previamente, experimenta, a través de esta carta, una primera incursión en el terreno de la autobiografía, y acomete un enorme ejercicio de honestidad y sinceridad creativa que acaba convirtiéndose en un libro emocionante y precioso.

La grave enfermedad de Paula provoca en su madre la necesidad de darle testimonio de la vida que ha llevado, de sus antepasados, de sus deseos, de sus miedos, de sus sufrimientos, de sus esperanzas… de todo lo que, en definitiva, constituye la existencia de un ser humano. Y, a su vez, sirve como punto de partida para contarle parte de la historia de toda una nación: “escribo [...] tal vez solo para sobreponerme al espanto y fijar las imágenes fugaces de la mala memoria”. Quizá ahí resida el gran mérito de esta obra: en esa magistral mezcolanza lograda entre, por un lado, el relato de la intimidad de Isabel y su familia, y por otro, el de la universalidad del régimen militar chileno iniciado con el golpe de estado que derroca a Salvador Allende (primo hermano del padre de la autora), y que se prolongará durante casi dos décadas. La capacidad de construir ambos relatos con un único estilo, basado en una prosa ágil y rica, llevada incluso al riesgo en muchas ocasiones; y la facilidad para que esos relatos terminen llegando de igual forma a una hija que a cualquier ser humano sin distinciones constituye un logro que dota al libro de una profundidad inmensa.

Con todo, no me gustaría cerrar esta reseña sin revelar otra cuestión muy personal. Lo primero que pensé cuando, hace aproximadamente un mes, terminé ‘Paula’, en ese momento en que uno asimila el último párrafo y procede instintivamente a cerrar el libro (en este caso concreto, muy despacio y apesadumbradamente), es que tendría que haberla leído mucho antes, porque es muy posible que me hubiese ayudado a entender mejor, en su momento, el ciclo de decadencia y posterior y definitiva pérdida de algún ser querido.

Comentarios

  1. Gracias, estoy interesada en descargar el libro Paula, para leerlo, como hago?, pero gratis

    ResponderEliminar
  2. Hola!

    Los libros de Isabel Allende tienen derechos de autor así que, si quieres leerlos gratis, la opción que tienes pasa por las bibliotecas. Si eres miembro de la Universidad de Málaga podrás llevártelo en préstamo. Si no, acércate a la biblioteca pública más cercana y te informarán sobre el préstamo en formatos papel y electrónico.

    Un saludo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Los comentarios son moderados. No serán aceptados aquellos de carácter ofensivo o que no respeten las normas gramaticales.

Entradas populares