Modesta: El arte del placer, de Goliarda Sapienza

Once años es lo que se tardó en escribir la historia de Modesta. Veinte son los años que Modesta ha estado escondida en un cajón. Catorce, los que van de una edición independiente a un grande. Su vida editorial vino marcada por rechazos acompañados de insultos quizá porque la vida de una mujer [impúdica] libre [inmoral] y determinada [abyecta] a vivir la vida [impía] como le da la gana es un pecado para los editores [piadosos] de la [recatada] sociedad italiana durante los años que van de los 70 a los 90. Modesta estaba destinada a la Biblioteca de los Libros Olvidados, pero la suerte hizo que la televisión, por una vez, no fuera CajaTonta y el reportaje llegó al fin y con él, el lento despegue de una novela que está en boca de todos y que aparece (cada vez más) en las listas de imprescindibles por leer.

De la chabola al palacio, pasando por el convento. Del campo a la ciudad. La historia de Modesta es la de la mujer que se hace a sí misma. Trabajo e intuición es la base sobre la que crecer. Conocer y gozar de la vida, la brújula que marca su destino. Desde muy pequeña comienza a trazar su propio camino. y, si la cosa no viene clara, no hay nada malo en darle un empujoncito al destino. Explorar el sendero del placer es su primera meta: tiene riesgos, claro, como la violación que sufre a muy temprana edad, pero también abre nuevos mapas vitales que explorar. Luego está el conocimiento. Del convento, Modesta-esponja absorbe el deseo de saber. La liberación viene por los libros y los libros la acompañarán para siempre y le abrirán más destinos por conocer: la filosofía, el derecho, la política, la universidad. Saber para aplicar y conocer por conocer. La seguridad económica y social, por el matrimonio de conveniencia.

Hombres y mujeres pasan por su vida y por su cama, pero el placer no nubla su visión: el afecto no la ata a nadie ni a nada. Tampoco los amigos de los que aprender, esos que le enseñan lo que hay más allá del cuerpo, los que interpretan los escritos de sus amados libros. Solo Modesta es su prioridad ("esta vez soy yo la rescatada", piensa en un momento clave al comienzo de su vida) y cuando hay que cerrar etapas y cambiar escenarios, una muerte a tiempo es la solución.

¿Qué tiene Modesta que gusta? Su vida libre, claro. Su determinación a no dejar que nadie la aparte de su camino. Su apuesta por cuerpo y placer sin obsesiones. Modesta es dura. Es fuerte. Despierta afectos fuertes y se desprende de ellos sin mirar atrás. Sabe lo que quiere. Y lo consigue

No es una lectura fácil esta novela un tanto experimental: saltos en el tiempo, narración en primera persona, en segunda; verbos extraños y trama que a veces no cuadra... Pero lo que es seguro es que una vez que se comienza, no se para de leer El arte del placer.

Remedios Herrera Gutiérrez. Servicio al Usuario.

Comentarios

Entradas populares