Fernando Aramburu antes de Patria

'Patria' es sin duda la novela que ha dado relevancia a Fernando Aramburu como escritor. En su día ya trajimos a este blog la reseña subida en la bitácora de uno de nuestros colaboradores: Siroco. Pero antes de este éxito, el autor nacido en San Sebastián ya había publicado varias novelas más, algunas de ellas en una línea muy similar. Tal es el caso de 'Años lentos', que hoy tratamos, merecedora del VII Premio Tusquets Editores de Novela y que vio la luz en 2012.

En la etapa final de la España de Franco, un niño procedente de un pequeño pueblo navarro es enviado a vivir a San Sebastián con sus tíos, Vicente y Maripuy, y sus primos, Julen y Mari Nieves, en un barrio obrero de San Sebastián. Discreto y observador, se integra plenamente en la familia y es testigo directo de los avatares por los que discurren las vidas de cada uno de sus componentes, a su vez protagonistas del relato: Maripuy intenta meter en cintura a Mari Nieves, una adolescente casquivana, y a su hermano Julen, un defensor de la patria vasca.

Aunque las semejanzas con 'Patria' están muy presentes tanto en los perfiles de algunos de los personajes como en la mayor parte de la base argumental, también existen notables diferencias entre ambas: en este caso estamos ante una obra mucho más corta en su extensión y radicalmente opuesta en cuanto a la propuesta formal, que a mi entender es una de sus grandes bazas. En primer lugar, la historia es narrada en primera persona por el niño, pero evocada cuando ya es mayor, y remitida en forma de carta al propio autor (al que se refiere como 'Señor Aramburu') por si este cree conveniente darle forma literaria. Se desarrolla además en un peculiar lenguaje, con un ligero cuajo de novela picaresca. Y en segundo lugar, cada capítulo se acompaña, a modo de apéndice, de uno o varios 'apuntes', en los cuales el escritor va desvelando su propio proceso de creación y en los que no duda en introducir, con toda la intención, consideraciones muy personales sobre la conveniencia de dotar a los personajes de determinadas características o de desarrollar ciertos acontecimientos con mayor o menor nivel de detalle. Tal experimento, perfectamente ejecutado, constituye un magnífico complemento a la novela en sí.

Para todas aquellas personas que aún no hayan abordado la lectura de 'Patria', 'Años lentos' puede ser un muy buen prólogo que sitúe y contextualice la historia, si es que tal cosa es necesaria en un texto de tamaña envergadura. En estos días de encierro que van a alargarse más de lo que a todos nos gustaría, hay tiempo de sobra para disfrutar de las dos novelas, una detrás de otra. Y para quienes ya estén con 'Patria' o la hayan leído, como era mi caso, también puede ser una buena opción para estos días adentrarse en el atavismo de estos seres condenados por las circunstancias.

Paco Alba. Biblioteca de Arquitectura y Bellas Artes

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